Rumbo a la impertinencia (cuatro)
Se acabó el rodaje y sin tiempo para descansar o vagabundear mañana empieza el montaje. Me ha tocado montar en una cocina. Qué emoción, nunca había montado en una cocina. Se acabó el barullo, las cámaras, el sonido. Se acabó el estrés de decidir qué plano, qué luz y qué ángulo es mejor en cada momento, qué plano es importante y cuál es prescindible. Cuál es la pregunta pertinente y cuándo es el momento de decidir que la entrevista ha terminado.
En las fotos, la ayudante de realización Delphine, un momento de la filmación con la despampanante charanga del grupo Le Laid Bidule, la directora de foto Ombeline preparando un plano y en la siguiente preparando otro plano con Laurent el sonidista al fondo. En la última foto, los cuatro del equipo con Walter, gran personaje que se coló en el rodaje.
Casi todo el rodaje lo hemos hecho en la carpa de la compañía de teatro itinerante Arsenic, todo un descubrimiento.
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