Architecton
En el turno de preguntas, tras haberme sorprendido al ver en los créditos finales a la empresa Point du Jour como coproductor francés (con la que desde Limbus Filmak estamos coproduciendo Nortarzunak), me lanzo a hacer una pregunta. El director ya nos avisó en la presentación de la proyección que no quería elogios, que ya ha recibido demasiados en su vida, que lo que quería de nosotros era que fuéramos sinceros y directos con él, que le discutiéramos todo sobre la película, “I want you to fight with me, tell me the film is bullshit!”. Así que evitando enfrentarme directamente con él, le pregunto al ver en los créditos que no ha sido productor de la película, por su pelea con los productores para sacar adelante esta película.
Da dos pasos atrás mirando al suelo y me dice que es muy buena la pregunta (Spasibo Victor!) y cuenta que se enfadó mucho con el productor porque no se leyó el primer guion que le envió y no entendió la peli. Kossakovsky quería abandonar, mandarle a la mierda pero hablando con amigos, el gran director de cine Alexander Sokurov le dijo que no se peleara con él, que le había producido otras dos pelis antes y que tenía otra mentalidad, era un productor, no iba a entender sus ideas, que hiciera las paces.
Kossakovsky se encerró 48 horas en su casa y desconectó teléfonos, internet, dejó de comer, dormía apenas tres horas al día, bebía solo agua y se leyó un libro de 2.000 paginas… En la última página encontró la palabra que le inspiró a volver a pelear para hacer la película: "Architecton, el arquitecto del universo", y decidió titular así la película. Le habló del libro al productor que tampoco se lo leyó, pero Kossakovsky consiguió sacarla adelante y estrenarla en la Berlinale.
También habló de las antípodas (New Zealand para nosotros), de la construcción de las pirámides y de porqué los chinos ocultan sus pirámides, del cemento y del suelo y las aceras de Barcelona. Contó que pasó un tiempo viviendo en Barcelona donde fue feliz porque a pesar de su no demasiado agraciado físico (Kossakovsky dixit), la gente le saludaba con un “guapetón”. Según su teoría la gente es así de simpática en Barcelona porque el sol refleja con fuerza en las aceras y eso nos hace ver al otro más bello de lo que en realidad es.

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