The DV Misfits!
Estoy super orgulloso de haber filmado "Glittering Misfits" con mi pequeña cámara de cintas DV. Para curiosos el modelo en concreto es una SONY PDX10P. Recuerdo que la compré en Barcelona y la estrené con el documental "Un tal Eusebi" que se puede ver online.
Ha sido la cámara ideal, muy ágil para rodajes de "guerrilla", para pasar desapercibido y poder hacerlo todo al mismo tiempo, como un hombre orquesta... Encuadrar, rodar, grabar sonido, hacer entrevistas...
Tras finalizar el rodaje descubrí, en una visita del gran Jonas Mekas a Madrid invitado por el festival Filmadrid, que él, ni más ni menos que "The godfather of American avant-garde cinema", también utilizó en sus últimos años la misma cámara que yo. Una azarosa coincidencia, de esas mágicas coincidencias que te hacen sentir que no estaba tan mal elegida la cámara para retratar el underground neoyorquino, sabiendo que Mekas usaba la misma herramienta para hacer sus diarios filmados en las calles de Nueva York.
Y la coincidencia vuelve a coincidir, esta vez al descubrir leyendo en estos días de cuarentena el libro de notas "Atrapa el pez dorado" de David Lynch, donde descubro que Mr. Lynch también es un gran amante del DV, algo que ya me sonaba desde que filmó en digital la maravillosa locura "Inland Empire", y que ahora me queda más claro. Al habla Lynch:
"Ruedo en video digital y me encanta.
Me puse a pensar y a experimentar. Hice algunas pruebas de DV a película (también yo hinché el corto "Dirty Martini" rodado en DV a 35mm y quedó de maravilla)... Y aunque no se ve exactamente igual que si hubiera filmado en cine, queda muchísimo mejor de lo que suponía.
Una vez empiezas a trabajar en el mundo DV con esos equipos tan pequeños y ligeros de enfoque automático, el cine te parece un engorro. Con el DV todo es más liviano, tienes mayor movilidad. Puedes pensar de pie y pescarlo todo al vuelo.
(...) sigues rodando; tienes 40 minutos del tirón. Y puedes ponerte a hablar con los actores y en lugar de parar, entrar y seguir filmando. Hasta puedes ensayar rodando.
Mi consejo es que aprovechen la oportunidad que les brinda el DV para hacer aquello en lo que creen de verdad. Para tener una voz propia. Que no lo hagan con el único fin de impresionar a un estudio o a la gente del dinero.
Actualmente utilizo una cámara de video digital SONY PD-150, que es de menor calidad que la HD o alta definición.
Su calidad me recuerda a las películas de los años 30. Por entonces, la emulsión no era demasiado buena y por tanto la pantalla contenía menos información. El resultado de la Sony PD es un poco igual, para nada similar a la alta definición... Y a veces, en un fotograma, si quedan ciertas dudas acerca de lo que estás viendo o algún rincón oscuro, anima a soñar. Si todo el fotograma es de una claridad cristalina, hay lo que ves y nada más."
En fin, si antes ya era fan de aquella vieja cámara, ahora ya me voy a convertir en su embajador oficial.
Y para más casualidades, la primera edición del libro de Lynch de donde he copiado estas citas es de octubre del 2008. Y yo rodé el corto de Dirty Martini en verano del mismo año...
Ha sido la cámara ideal, muy ágil para rodajes de "guerrilla", para pasar desapercibido y poder hacerlo todo al mismo tiempo, como un hombre orquesta... Encuadrar, rodar, grabar sonido, hacer entrevistas...
Tras finalizar el rodaje descubrí, en una visita del gran Jonas Mekas a Madrid invitado por el festival Filmadrid, que él, ni más ni menos que "The godfather of American avant-garde cinema", también utilizó en sus últimos años la misma cámara que yo. Una azarosa coincidencia, de esas mágicas coincidencias que te hacen sentir que no estaba tan mal elegida la cámara para retratar el underground neoyorquino, sabiendo que Mekas usaba la misma herramienta para hacer sus diarios filmados en las calles de Nueva York.
Y la coincidencia vuelve a coincidir, esta vez al descubrir leyendo en estos días de cuarentena el libro de notas "Atrapa el pez dorado" de David Lynch, donde descubro que Mr. Lynch también es un gran amante del DV, algo que ya me sonaba desde que filmó en digital la maravillosa locura "Inland Empire", y que ahora me queda más claro. Al habla Lynch:
"Ruedo en video digital y me encanta.
Me puse a pensar y a experimentar. Hice algunas pruebas de DV a película (también yo hinché el corto "Dirty Martini" rodado en DV a 35mm y quedó de maravilla)... Y aunque no se ve exactamente igual que si hubiera filmado en cine, queda muchísimo mejor de lo que suponía.
Una vez empiezas a trabajar en el mundo DV con esos equipos tan pequeños y ligeros de enfoque automático, el cine te parece un engorro. Con el DV todo es más liviano, tienes mayor movilidad. Puedes pensar de pie y pescarlo todo al vuelo.
(...) sigues rodando; tienes 40 minutos del tirón. Y puedes ponerte a hablar con los actores y en lugar de parar, entrar y seguir filmando. Hasta puedes ensayar rodando.
Mi consejo es que aprovechen la oportunidad que les brinda el DV para hacer aquello en lo que creen de verdad. Para tener una voz propia. Que no lo hagan con el único fin de impresionar a un estudio o a la gente del dinero.
Actualmente utilizo una cámara de video digital SONY PD-150, que es de menor calidad que la HD o alta definición.
Su calidad me recuerda a las películas de los años 30. Por entonces, la emulsión no era demasiado buena y por tanto la pantalla contenía menos información. El resultado de la Sony PD es un poco igual, para nada similar a la alta definición... Y a veces, en un fotograma, si quedan ciertas dudas acerca de lo que estás viendo o algún rincón oscuro, anima a soñar. Si todo el fotograma es de una claridad cristalina, hay lo que ves y nada más."
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| Con mi cámara en el camerino del Slipper Room, 2008. |
Y para más casualidades, la primera edición del libro de Lynch de donde he copiado estas citas es de octubre del 2008. Y yo rodé el corto de Dirty Martini en verano del mismo año...
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